domingo, 12 de junio de 2011

Entre Bellas y sin alfombra...


Disneylandia...el rosa crónico mal pintado, los eternos finales felices, la fantástica mentira evocadora de alegrías efímeras, secuelizante y responsable de pequeños felices y grandes frustrados.
El surrealismo infame de tanta industria que en nombre del capital nos vendió una ficción oscura camuflada de corazones.
Qué hubiese sido de nuestro mundo si Cenicienta no hubiese necesitado de un hada madrina para acabar con su estatus de explotada, si las princesas hubiesen sido plebeyas y la realeza derrocada, si Blancanieves hubiera muerto envenenada porque no hubo antídoto ni rescate y si a la Bella Durmiente la hubiese salvado el beso de otra más o menos bella no durmiente.
Es posible, que de haber sido así, no tuviésemos familias reales en pleno siglo veintiuno, ni estuviésemos lamentando tanta mala noticia, contemplativos, esperando quasi tiesos que la varita de algún magnífico o magnífica acabe con la extensísima miseria y con tanto miserable.
Probablemente disfrutaríamos de un amor menos estereotipado y no habría que estar a la fecha recordando que la sexualidad individual no nos hace más o menos personas, y por ende acreedores de mejores o peores derechos.
...si tal vez dos príncipes dibujados se hubiesen amado...
Cuántos infelices habrán frotado lámparas con la esperanza de que un gordito de turbante burlándose de cuanta ley física se conoce emerja de una de ellas y les conceda tres deseos.
Sin genios, ni alfombras voladoras, y sin pócimas para el amor; el mundo se afea sólo por real.
Los patos no hablan, ni los ratones la pasan como Mickey Mouse...unos en las mesas navideñas y otros exterminados por plagas o torturados con fines "científicos" se alejan en sus suertes de la caricaturesca "realidad ".
La Bestia debió seguir siendo espantosamente feo, aunque Bella lo amara o lo dejase por otro...quizás de ese modo (otra que Quasimodo) la industria de la estética hoy no se llevaría el mejor pedazo.
...quizás, quizás, quizás...
Habría que reescribir los cuentos, ahorrarles ciertos finales, virar tramas y desenlaces para transformar el mensaje,  por ahí y así, el rosa  y el "vivieron felices para siempre" serían más de este mundo, de este lado, y menos propiedad  de las pantallas... 
¡ Habría que reescribir la Historia sin que intervenga Tribilin!

jueves, 9 de junio de 2011

...de Damocles

Esa espada no corta el barullo, se hunde, desgarra,
roja y ensangrentada la hoja bajo la vaina,
pero ni así acalla el murmullo, hay rumores,
impunes rubores ante ese filo. 
A tan maltrecha destreza se imponen ruidos inmunes e inmundos. 
Pobre y bélica, estrecha pereza de lunes y de jueves, 
que por omnipotencia o desdén inmortaliza la táctica.
La belleza del acorde no la va a lacerar el acero,
innovar, renovar, virar...o detenerse. 
Podrían saberse otros, desempuñarla e iniciar el fuego.
Por las dudas yo ya apagué este juego.