martes, 28 de diciembre de 2010

REFLEXIONES salientes DE UN MIÉRCOLES entrante...

Sustentadas en el delirio quasi insalubre de un desvelo francamente patológico.

...¿Qué les cuento?¿ Qué novedad tengo para ofrecerme?¿ofrecerme?...¿al mejor postor?¿al mejor beso?¿a lo que hay? O no...más bien,¡NO me ofrezco...!

Más allá de los entramados de poder, esos de la cotideaneidad de la vida, los que pasan desapercibidos, contra los que no se suele proclamar ningún tipo de sublevación,bueno, más allá de ellos o por ellos, las RELACIONES INTERPERSONALES son complicadas.

*Mezclar una vida con otra vida es = a como mínimo 1 conflicto + .
*y la fortaleza de vínculo que se entable con el sujeto, es directamente proporcional a la magnitud de ese o esos conflictos.

Entonces:
...habría que evitar el contacto humano, o bien restringirlo a la estricta necesidad de subsistencia,
¿A riesgo de? padecer los padeceres de la propia intrapersonalidad, básicamente lidiar con la SOLEDAD.
Una opción tentadora, peligrosa, poco amiga de nuestra imperfecta naturaleza melancólica y anhelante de lo habido y de lo por haber...nunca pués,se sabe ya, de lo que hay.
Y entonces, ¡claro!, queda el vulgarmente divulgado: “aprender a relacionarnos saludablemente con nuestro medio”...porque somos “seres sociales”....y siguiendo con esas lógicas deducciones, aprender a soportar vuestra naturalidad requerirá en el mejor de los casos algunas sesiones de terapia, un libro de autoayuda, o psicofármacos según sea la profesión,buen oído, o conveniencia, de quien (te, nos, o se ) aconseje....

Pero,en fin, continuando con el delirio (sin misticismo por desgracia) pensemos:

*El AMOR sin sexo puede ser amistad, paternidad, maternidad, fraternidad, y unas cuantas otras “dades”.
*El SEXO sin amor no puede ser más que sexo.
*El AMOR suele tener nombres y apellidos, y sustentarse o bien volcarse hacia una o varias individualidades, no intercambiables (aunque se caiga en el frecuente error de creer lo contrario). Amores perros, amores gatos, amores eternos, amores imposibles, amores fugaces, amor de madre, amor de amigo; el sujeto destinatario del sentimiento siempre importa, así como el emisor. Es cosa de al menos dos.
*El SEXO en cambio es más anónimo, impersonal, puede incluso prescindir hasta de la dualidad (tan enaltecida como la mejor de las maneras)....de a uno, de a varios, entre iguales, entre distintos, en la cocina o en el baño el sexo no es más que sexo¡ y ya!

Algo tan impersonal ,dígase una vez más; como el sexo, conformado por instintos varios (y bajos también,le pese a quien le pese), no puede por ende ser nunca tan conflictivo, como sí lo es, o al menos tiene el gran potencial de serlo, el sentimiento: con sus tonos de aprendido, hasta razonado, construido y sobre todo dirigido.
Entonces acabemos de una buena vez con el enigma del huevo y la gallina:
Esos depositarios y depositantes de sentires diversos y contrarios, sépanlo, que aunque otrora lo remarcaran con tan severa firmeza, ¡el porblema NO es, ni fue entonces el sexo!...

¡BUENAS NOCHES Y BUENA VIDA!


(Simplemente la yo de hoy!)

10 DE NOVIEMBRE DE 2010

viernes, 22 de octubre de 2010

JAZMINES...


Fui testigo casual, si lo casual existe, de una encuentro cualquiera, de igual a igual entre desiguales.

Ella, tenía unos diez años, tez morena y rasgos afilados, pantalones gastados que si bien largos, apenas llegaban a sus tobillos, una remera descolorida y entre sus manos unos cuántos ramos de jazmines blancos que ofrecía a los comensales de un ostentoso restaurante de la ciudad.
Yo sentada en un tapial, esperaba a una amiga cuando se acercó y se sentó a mi lado.
Charlamos sobre alguna serie televisiva del momento, que ahora no recuerdo, y sobre la cual me preguntó las novedades, debido a que por “asuntos de trabajo”, tal como explicó, se había perdido de los últimos capítulos.
Quise saber cómo le iba con las ventas, y en tono de niño que a fuerza de calle iba dejando de serlo, me respondió que variaban como los días, unas veces muy buenas y otras menos .
Entre tanto una vocecita que saludaba, desvió su atención y también la mia. Desde las mesas se había acercado una niñita de no más de seis años,de cabello castaño, olía a colonia y llevaba un elegante vestido haciendo juego con el par de sandalias azules. No pareció notarme.
Las vi reirse, se preguntaron los nombres, y las edades, la más pequeña se llamaba Valentina, hicieron equilibrio sobre los tapiales, y caminaron juntas por entre la gente.
Pasados unos minutos llegó mi amiga, a Valentina con una seña le indicaron que debía regresar a la mesa, y Ella volvió a ofrecer los ramitos de jazmines...

Con el tiempo recordé aquel encuentro, sus contrastes.
Volvieron a mi las voces de mis profesores de secundaria explicando lo vil de la naturaleza humana y el eco de mi voz adolescente contrariando tales juicios pretensiosos de verdad.
Al día de hoy, y pese a los malos augurios, sigo creyendo en las mujeres y en los hombres.
Deseo me alcance el valor, para no ir sólo de paseo por esta vida y la lucidez para comprender que uno no sólo se debe a uno y que el libre albedrío sino relativo es falaz.
Hay un ir y venir, entre el medio que nos define y nosotros que lo definimos a él.
No son naturales las desigualdades, no es paisaje inmutable la pobreza, ni saludable cuestión de masas la ignorancia.
No serán siempre un puñado de “iluminados” los que acaparen entre sus redes la saciedad que le es privada al resto del mundo, ni sólo un puñado de “locos” los que intenten cortar los hilos.
Será cuestión entonces de inyectar antídotos contra la cordura e ir apilando montoncitos de locura.
No han logrado convencerme de que exista el paraíso celestial, asi que hasta tanto se demuestre la veracidad de dicha existencia creo más prudente aunar esfuerzos y voluntades en la construcción de la paz terrenal.
Ansío estar tan loca para ser capaz de no extraviarme entre placeres superfluos ni agotarme en la felicidad vacía, no quisiera tampoco demorarme con antojos del egoísmo.
Así pues, ojalá me vaya cantando un día y sin haber ahorrado sudores. Mientras tanto seguiré soñando y en el intento de materializar ese soñar; para que una noche no muy lejana Ella ya no tenga que vender jazmines...

miércoles, 9 de junio de 2010

Existencias de hojalata...

Depositar la culpa en otros hombros.

Desentenderse. Tirar una y otra piedra, hasta provocar el tropiezo de piernas ajenas, y pegar entonces el saltito apurado a un lado del camino. Pintar de rosa los fantasmas, y acusar de fantasmagórica la ideación ajena.

Depositar la culpa en otra espalda.

Acoger la sordera voluntaria, ante la bruta honestidad de algunos ruidos. Abandonarse a la práctica habitual
de la falacia. Negar tres veces la propia duda, condenar la ajena. Dar un paso atrás.

Depositar la culpa, para que la recojan otras manos.

Encomendar al deseo de los dioses el desenlace, negar  al propio deseo. Gritar a la hora del silencio, hacer silencio a la hora del grito. Andar de puntitas por la vida, pidiendo permiso y pidiendo prestado. Esconder la mano en el bolsillo, mientras otros dedos se extienden desasosegados por alcanzarla. Lavarse la boca después del beso. Cubrir de hojalata la piel. Enjabonar las ganas.

Depositar la culpa, bajo la suela gastada y gomosa de otras botas.

Negar tres veces. Atragantarse de sentido, y no escupir por respeto a las buenas viejas costumbres. Caber en el molde de los buenos modos. Seguir el absurdo del protocolo.
Contemplar en calma la vorágine mundana, no intervenir. Cambiar de canal.
Ensuciarse de miedo, disfrazarlo de prudencia, podrirse de frío. Eludir, eludirse. Apagar la luz y abrir recién entonces los ojos.

                        ... todo eso es tristemente COBARDÍA o cobardemente necedad.